sábado, 9 de agosto de 2008

MEMORIA NO PARA LA VENGANZA SI NO PARA LA JUSTICIA


Hemos querido centrarnos en la memoria como tema de reflexión y posibilidad de enfocar, de manera alternativa, otras vivencias, relatos y opiniones que van desde historias de vida hasta el acontecer político-social. Todo ello, en un ejercicio que intenta mirar desde otra perspectiva lo que la espectacularidad de los medios no permite.

Este ejercicio se hace vital para repensar nuestro devenir como pueblo y como municipio, mucho mas en este departamento que tiene un pasado negro y oscuro las cuales se ensañaron con las vidas de cientos y cientos de victimas que tiñeron con su sangre los ríos y las calles, por no silenciar sus voces ante un estado completamente inhumano, que a nombre de la libertad y la democracia, restringían, y aun hoy restringe, los derechos elementales de la población.
En Colombia asistimos hoy a un capitulo funesto plagado de fosas comunes que se empieza a abrir como las gritas de la historia de nuestra añeja democracia que padece de amnesia voluntaria.

El estado es el gran hermano que pretende que todos llevemos un policía en el corazón para que así se tome mas imperceptible su alienable control.

Hacer memoria que viene impregnada de sentimiento, es recordar no para la venganza, sino para la justicia, para que nos ayudemos a reactualizar lo ya acontecido en los propios contextos, es decir, a formarnos criterios sobre la actualidad de ese pasado.

Si la historia pretende ponerle un orden a los hechos, es en la elección de estos donde se da una especie de uso del olvido, ya que optar por unos hechos –y no precisamente por desconocimiento- , lleva a eclipsar y desconocer las voces de quienes fueron acallados. La memoria en cambio se permite una vuelta a lo ocurrido, un vistazo a las flores pisoteas en el jardín, como diría Hegel; no dejar de lado estos acontecimientos, pero a su vez asumir el pasado como un potencial de posibilidades, es decir, no centrándonos únicamente “en lo que verdaderamente paso” o acaeció, sino también en lo que pudo haber acontecido y no lo fue, y no exactamente porque fuese menos valido. Todo lo anterior nos remite a una cosa: hacer memoria es diferente a hacer historia, a aquella le interesa saber las historias, sueños y anhelos, mejor seria decir, focalizar desde los deseos frustrados de realización de los vencidos que están en todas partes.

Esto nos lleva al sentido de la justicia, ya que hablar de memoria es hablar de justicia desde las victimas y, a su vez, a un cuestionamiento de la actualidad que puede conllevar a hacer realidad aquello que en un pasado no lo fue o no pudo ser porque se impidió. Mirar a los que han sufrido es estar consientes que la historia pudo haber sido de otra manera. La memoria es una hermenéutica pero aplicada, a mejor, leer la vida como un texto, asunto este que al historicismo poco le interesa y que la historia oficial poco reconoce.

apelamos a la contrahistoria como esa cara que esta oculta para los medios del espectáculo informativo, pero están presentes con sus vidas y relatos que hacen mas iluminador nuestra visión del acontecer local y regional, en aras de una mirada expansiva para llegar a comprender que el proyecto de modernidad, centrado en los procesos de producción, de técnica y mucha televisión, que es necesario replantearlo pero desde la palabra y desde la óptica de los que han sido victimas del progreso, no solo de los mas pobres que en época de la producción se muere de hambre, o peor aun que son despojados de sus tierras sin mas explicación que los silbidos de las balas.

Los vencidos no son solo las victimas de un conflicto armado o de una guerra, también lo son las victimas que se producen.

hay que fijar nuestra mirada en el anónimo que la historia oficial no se detiene a mirar ya que pasa rauda pisoteando las huellas que dejan las pequeñas historias que son la expresión de la resistencia y que no es el del espectáculo.

Como diría Nelly Richard, “la memoria es una proceso abierto a la reinterpretación del pasado, que deshace y rehace sus nudos para que se ensayen de nuevo sucesos y comprensiones”

Cerrar los ojos ante lo ocurrido o ignorar como si nada hubiera pasado, seria prolongar indefinidamente una fuente constante de dolor, divisiones, odios y violencia en el seno de nuestra sociedad. Solo el esclarecimiento de la verdad y la búsqueda de la justicia pueden crear el clima moral indispensable para la reconciliación y la paz.

Morir no significa no existir, la muerte de cualquier ser humano, de forma violenta nos disminuye, porque estamos ligados a la humanidad, por consiguiente no preguntes por quien doblan las campanas…………. doblan por ti.

No queremos ser presas de la desmemoria, no renunciamos a insistir en la búsqueda de la paz. La no repetición de la barbarie, la impunidad y la manipulación de nuestras gentes.

Convocamos a todas las personas que han perdido sus seres queridos por causa de la violencia, para que hagan llegar una fotografía, donde se aprecie claramente el rostro del desaparecido, preferiblemente tamaño cedula, con los datos correspondientes: nombres y apellidos, edad, fecha de asesinado, lugar de los hechos, breve descripción de su oficio o labor y datos de sus familiares principales.
Recepción en la emisora comunitaria ocaina estereo, plazo máximo hasta el 24 de agosto.

Todas las fotografías recibidas, acompañaran una galería de memoria durante los días 13 y 14 de septiembre en el parque principal de puerto Caicedo en el marco del evento Alcides Jiménez en su décima versión
Invitan: grupo juvenil semillas de paz, teatro efímero, ocaina estereo y programa de desarrollo rural de la parroquia nuestra señora del Carmen.

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